Un joven de 28 años fue detenido acusado de haber participado en el crimen de Laura Bard, la contadora pública que hace dos meses fue asesinada en su casa del barrio porteño de Flores por dos hombres con los que había acordado la venta de su televisor LCD en un sitio de Internet.
Fuentes policiales confirmaron hoy que el acusado fue apresado por detectives de la División Homicidios y de la comisaría 38 en la tarde del lunes en la vivienda de un amigo situada en Villa Crespo, donde se ocultaba al advertir que los investigadores del caso estaban tras sus pasos.
Los voceros dijeron que en la pesquisa se descubrió que casi una hora antes del homicidio, el sospechoso realizó una llamada desde su teléfono celular en inmediaciones a un banco donde había hecho un depósito en un cajero automático, para obtener así el comprobante de la supuesta compra del televisor con el cual luego se acercó a la casa de la víctima.
Además, cuarenta minutos después de esa operación bancaria, su teléfono se activó nuevamente a pocas cuadras del domicilio de la contadora.
Las fuentes indicaron que por el crimen aún era intensamente buscado otro hombre, quien, junto al detenido, habría participado del asesinato.
El homicidio ocurrió el pasado 7 de septiembre en el primer piso de un edificio situado en el pasaje Gustavo Riccio 194, a pocos metros del cruce con la avenida Juan Bautista Alberdi.
Dos hombres arribaron al lugar con el ticket de depósito bancario de la operación de venta del televisor acordada en el sitio de Internet Mercado Libre, luego de que una de esas dos personas visitara el departamento un día antes junto a una mujer, con el argumento de verificar el estado del producto ofrecido.
En medio de la supuesta operación de compraventa del artículo, los asaltantes extrajeron armas de fuego y cuando ya se estaban yendo de la vivienda, tras la resistencia del dueño de casa, Gabriel Arroyo, balearon a Bard en el tórax.
Luego del crimen, el hombre contó que “hacía nueve años” que estaban juntos, y como no podían tener hijos iban a viajar a Mar del Plata “para adoptar un niño y cambiar de vida”.
Además, explicó que habían empezado a vender cosas porque también se mudarían para “vivir más tranquilos y salir de la inseguridad”.
Fuente: El Sindical
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