Ezequiel Dalpra tenía muchas causas para festejar junto a sus amigos cuando el jueves 6 de septiembre reabrió su local de Villa Crespo para celebrar su sobreseimiento en un causa por portación de semillas para cultivo de marihuana. Claro que el local que reabrió Ezequiel, tras seis meses de clausura, se llama "Cultura Cannábica" y todos celebraron fumando porros.
Entre nubes de humo que salían por la puerta y llegaban a la esquina de Aráoz y Loyola, Dalpra -también conocido como "Pulpeta"- contó a lo medios su odisea.
En marzo de este año, la policía metropolitana allanó su local por denuncias de algunos vecinos que lo señalaban como vendedor de drogas.
Sin embargo, la policía no pudo encontrar más que unas semillas de cannabis que el hombre, de 35 años, guardaba en un lugar secreto.
Sin embargo, las semillas fueron un causal más que suficiente para que la policía lo arrestara y le iniciara un sumario penal.
De esta manera, el Juzgado Federal N° 1, a cargo de la jueza María Romilda Servini de Cubría lo procesó acusado de tener, para su comercialización, semillas de marihuana utilizables para producir estupefacientes.
Tras seis meses de idas y vueltas, y con el local clausurado, Dalpra consiguió que la Sala I de la Cámara Federal, integrada por Eduardo Freiler, Eduardo Farah y Jorge Ballestero desestimara las denuncias y lo sobreseyera de todos los cargos.
De esta manera Dalpra pudo abrir nuevamente su negocio, en el que comercializa instrumentos, accesorios para el cultivo y abonos para la tierra aunque también lámparas, macetas, pipas, estuches; y festejar junto a sus conocidos y amigos dando rienda suelta a su pasión marihuanera.
Entre nubes de humo que salían por la puerta y llegaban a la esquina de Aráoz y Loyola, Dalpra -también conocido como "Pulpeta"- contó a lo medios su odisea.
En marzo de este año, la policía metropolitana allanó su local por denuncias de algunos vecinos que lo señalaban como vendedor de drogas.
Sin embargo, la policía no pudo encontrar más que unas semillas de cannabis que el hombre, de 35 años, guardaba en un lugar secreto.
Sin embargo, las semillas fueron un causal más que suficiente para que la policía lo arrestara y le iniciara un sumario penal.
De esta manera, el Juzgado Federal N° 1, a cargo de la jueza María Romilda Servini de Cubría lo procesó acusado de tener, para su comercialización, semillas de marihuana utilizables para producir estupefacientes.
Tras seis meses de idas y vueltas, y con el local clausurado, Dalpra consiguió que la Sala I de la Cámara Federal, integrada por Eduardo Freiler, Eduardo Farah y Jorge Ballestero desestimara las denuncias y lo sobreseyera de todos los cargos.
De esta manera Dalpra pudo abrir nuevamente su negocio, en el que comercializa instrumentos, accesorios para el cultivo y abonos para la tierra aunque también lámparas, macetas, pipas, estuches; y festejar junto a sus conocidos y amigos dando rienda suelta a su pasión marihuanera.
Fuente: Diario Popular
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