El Gobierno porteño abre hoy el segundo Centro de Monitoreo Urbano (CMU) en la sede de la Policía Metropolitana para duplicar la capacidad de controlar en directo las más de 1.000 cámaras de seguridad que están instaladas en la Ciudad. Los operadores de cada centro observan 500 cámaras, para vigilar constantemente los movimientos de la gente en la calle y así poder prevenir situaciones de inseguridad .
El nuevo centro queda en el mismo piso que el CMU original, en el edificio que el Ministerio de Seguridad y Justicia de la Ciudad tiene en Barracas. Es parte del sistema de monitoreo inspirado en las grandes ciudades como Londres y Madrid. Aunque la Ciudad lleva instaladas casi 1.200 cámaras en mayo, hasta hoy no había tenido la capacidad humana para monitorear en directo todas las tomas, que son grabadas y se conservan durante 60 días.
El nuevo CMU permitirá sumar otros 120 empleados, en cuatro turnos de 30 personas. Como ocurre con el original, cada uno de los controladores observará dos pantallas, que le permitirán seguir 16 cámaras . Si detectan un movimiento raro, que pueda ser un delito, avisan al oficial de la Metropolitana que supervisa el funcionamiento de ambos centros. “Es un proceso de segundos”, explicó Nora Pérez, la jefa del servicio de vigilancia. “La responsabilidad pasa rápidamente a la Policía”.
Cuando se produce un alerta, la comunicacíon va al Centro Unico de Comando y Control, ubicado en Chacarita, donde la Policía Metropolitana, Defensa Civil y el SAME pueden responder a los accidentes, contravenciones o delitos registrados por los operadores. Ahí tienen la capacidad de tomar control de la cámara y enviarles la imagen a los patrulleros que estén cerca del hecho. “No tenemos que esperar una llamada, tenemos toda la información de inmediato ”, explicó un subinspector.
El plan de vigilancia del Gobierno porteño para lo que se viene incluye llegar a la instalación de 2.000 cámaras en total. Hasta diciembre colocarán las 1.000 que faltan, y luego inaugurarán más centros de monitoreo para que la observación se haga en directo.
Según aseguraron en el Gobierno de la Ciudad, hasta ahora el consumo de drogas es la situación más detectada, seguido por los arrebatos y los asaltos.
También en el CMU le contaron a Clarín que otro propósito del sistema de cámaras de seguridad en las calles es la disuasión . “No queremos estar siempre corriendo detrás del crimen”, graficó Eugenio Burzaco, el jefe de la Metropolitana, aunque también reconoció que es difícil probar el nivel de éxito que el sistema ha tenido en la prevención. “No se puede medir algo que no pasó, y además las cifras del crimen las maneja el Gobierno nacional. No publican los números, y los que vemos son pocos creíbles”, añadió.
Las cámaras están instaladas por toda la Ciudad, pero hay más cantidad en las Comunas 4, 12 y 15, las que cubre específicamente la Metroplitana. En las otras Comunas, donde la fuerza no tiene una presencia constante, el alerta emitido por los operadores de las cámaras puede pasar a la Policía Federal, si es que sus agentes tienen la capacidad de responder más rápido. Según Eduardo Martino, Superintendente de la Policía porteña, están “trabajando para mejorar la coordinación ” entre las dos fuerzas.
Otro importante avance que destaca el Gobierno de la Ciudad es que desde la instalación de las cámaras la Justicia se está habituando a pedir las grabaciones para utilizarlas como pruebas. Según números oficiales, en junio del año pasado solamente habían recibido 10 pedidos judiciales, pero en junio de 2011 registraron 500 , y están recibiendo más cada mes. Pero sólo un juez puede pedir una grabación, tal como lo establece según la ley que estableció el programa en 2007. La misma norma también estipula que las grabaciones se borren automáticamente a los 60 días .
No es el único cuidado legal. El software inteligente requerido por la normativa protege la privacidad de los ciudadanos. Los operadores pueden manipular la dirección de las cámaras, pero cuando el programa instalado detecta la imagen de una ventana, la pantalla se pone automáticamente en negro en ese sector . Un técnico puede desbloquear esta función si hay una emergencia o una presunción de delito: “Es el caso típico de un incendio, por ejemplo”, indicó Martino. Pero la acción queda registrada con la fecha, la hora y el nombre de quien la ordenó. Así, se pretende evitar cualquier tipo de uso indebido de las cámaras.
Además la misma tecnología inteligente puede ayudar a los operadores. Actualmente se está desarrollando un programa que permitirá, entre otras cosas, detectar de manera automática un auto que va a contramano, si alguien deja una bolsa y se va, o también reconocer el rostro de las personas con el acceso prohibido a las canchas de fútbol.
Pero la mejor tecnología no puede reemplazar a las personas y su delicado criterio a la hora de cuidar la intimidad, y por eso en el Gobierno porteño aseguran que seguirán mejorando la capacitación para prevenir y responder al delito.
Nota Diario Clarín